047Post: No quiero ir

No quiero ir. 

Una de las cosas que aprendí este año fue a salir de mi zona de confort, explorar y arriesgarme, atreverme a ser valiente. Es como dicen: ¿cómo sabes si te gusta algo si no lo has probado?

Y allí es donde las experiencias llenas de recuerdo son un tesoro de tomarse el tiempo y ponerse a pensar. Si ya sé cómo es y lo intenté varias veces, ¿por qué volverlo a hacer? 

No es suficiente seguir haciéndote daño, llenándote de estrés y ansiedad, creyendo saber lo que va a pasar sin tener la certeza. Esa incertidumbre que te invade y te hace pensar que vas a salir lastimado, esa sensación que te hace sentir que no es tu lugar, que no es tu hogar, que no eres bienvenido. 

Y realmente no entiendo por qué hay personas que insisten en llenar ese vacío que, desde mi punto de vista, es tan fácil de cerrar. 

Una persona que sabe lo que quiere y que lleva años aprendiendo a decir que no, no necesita que le insistan. 

No quiero asistir, no quiero bailar, no quiero estar allí. Quizás llevemos la misma sangre, pero no creo que sea así. Quizás digan que somos familia, pero no siento que sea así. ¿Por qué dicen eso? Si familia es aquella que está contigo, te apoya, te ama, crea recuerdos y te hace saber que allí es donde perteneces.

Pero aquí no hay confianza, no hay una conversación, no hay ni el mínimo signo de interés por querer profundizar las cosas. Las cosas forzadas no hacen florecer mi corazón. Quizás la biología diga algo, pero mi mente y corazón dicen otra.

Y simplemente no voy a asistir para complacer a alguien más. ¿Dónde quedó yo? Quiero complacerme. Me he perdido tantas oportunidades de amor propio que me debo tanto y no voy a perder esta oportunidad de hacerme sentir que tomé la mejor decisión.

Sé quién va a estar, sé que me va a incomodar, sé que él es el causante de años de traumas inconscientes. Sé quién es él y aún que me niegue mil veces, sé que me voy a desmoronar por alguien que no me merece. 

Pero ella va a entender la razón por la que no voy a asistir. Espero estés haciendo esto de cortesía, que no esperes mi presencia, pero sé que estás más llena de ilusión que la protagonista.

A mi mente solo llega esa noche de que voy a ser yo el sustituto de quién dicen que me sustituyó, de quién me hizo sentir inseguro por años. Es como la venganza que tanto anhelé desde adolescente.

Pero no, recuérdame que ya no soy un adolescente, que ya no soy el de hace unos años. Ese que pretendía encajar, que era inseguro, que solo lo que había en su corazón era dolor. Ahora soy mejor, ahora soy seguro de mí, ahora soy yo siendo yo y me siento bien de ser yo. 

"Decir no, es el primer paso a la felicidad"

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