Recordar es vivir y saber que siempre veremos ese rayo de sol que dilata nuestros ojos.
Enero, trajiste muchos cambios a mi vida. Pensé que no estaba listo cuando realmente sí lo estaba. Somos hechos, no palabras; somos experiencias que nos llenan de conocimiento.
Empecé mudándome, lleno de miedo, ansiedad e incertidumbre por lo que iba a pasar. Nadie dijo que sería fácil, pero ahora vivido, no fue tan mal.
Abandoné un lugar que creí que sería una especie de hogar y que se convirtió en un infierno. Ya no me sentía bien, solo como una sombra de lo que estaba pasando, una de esas cosas que si hablas lo empeoro y si no, lo destruyo. Era irse o irse. ¿A dónde?
Y solo me llega ese recuerdo de una frase que pensé que sería la más inútil: "Está bien comenzar de cero".
Y sí, fueron unos días en los que solo pedía que amaneciera. Extrañé tanto, pero tanto, algo que dije que no extrañaría, como la vida dándome una lección, que sí aprendí.
Empecé de cero, dejé tantas comodidades para darme cuenta de lo afortunado que soy, del momento que estoy viviendo, de dolor, sufrimiento y lágrimas de otros, de saber que cada cambio amerita su sacrificio, así sea lo más pequeño.
Antes de que amanezca, ya estoy despierto, con un objetivo puesto y un camino de memoria, sonriendo a quien me mire mal y no olvidando jamás mi norte.
Conté una cuenta regresiva para volver a casa, que me pareció toda una vida, toda una eternidad, todo un bucle sin fin cuya única salida fue aprender la lección. Me cuesta escribir esto, es recordar lo que el cerebro tuvo que archivar.
Siento que envejecí, pero gané esa experiencia que me hace ser quien soy ahora, quien seré y quien fui.
Tengo una foto linda, tengo un recuerdo vivido, tengo una lágrima bajando por la mejilla, tengo un universo solo para mí.
Estoy cabalgando mi vida, vestido por mi propio talento y grabando el momento con mi inteligencia, viendo un atardecer y sabiendo que amanecerá.
Que los malos momentos no me destruirán, aunque lo han intentado tantas veces, sigo aquí, de pie y firme, aprendiendo a vivir, aprendiendo a ser grande, aceptando que esta es mi vida y que será lo que yo quiero que sea.
“No hay mayor libertad que la voluntad de ser nosotros mismos”.