¿Cómo explicarle a un corazón que apenas está comenzando a vivir que aún le faltan tantas aventuras por vivir?
Fue un verano donde tenía 16 años y él unos 20. Me enamoré cuando lo vi, lo sentí tan especial, como si ya nos conociéramos. Yo sé que le gusté, pero entre nuestras edades había un abismo. Vivíamos en dos universos distintos.
Tú seguiste tu camino y yo me quedé cada noche pensándote, pintando una vida juntos cada amanecer. Pasaron las semanas y el tiempo logró arrancarte de mi presente. Yo recordaba año a año tu cumpleaños.
Habían pasado 4 años desde aquella vez, cuando en esta pequeña ciudad nos volvimos a encontrar. Juré que no me recordarías, pero sí lo hiciste. Me recordaste tan claro como en aquel entonces, yo aún guardaba tus fotos.
Una conversación con la luna de testigo. Hablamos de tanto que solo quería saber si aún tu corazón sentía algo. Claramente fue un sí, pero tuve temor por tantos años, que no sabía si lo decías en serio o solo se iría como la primera vez.
Insinuamos tantas cosas, como un futuro prometedor. Cada mañana un buenos días, tú estabas en mi mente y en la noche una conversación que pensé que nunca moriría. Qué sensación más inefable y grandiosa que es estar tan enamorado.
Yo venía de un huracán que me había arrastrado unos años. Me venía levantando sobre todo ese polvo, creciendo, amándome más cada día, levantando un gran castillo.
Pero siempre la duda fue mía. Me preguntaba cuáles serían tus verdaderas intenciones, le preguntaba al universo si eras lo que había esperado tanto tiempo.
Pero ese interés se vino abajo cuando los pensamientos invadieron mi mente. Yo solo pedía a gritos auxilio, él solo calló y se marchó. Ese atardecer se llevó con él mi amor.
Teníamos vistas distintas. Él quería irse, yo quedarme. Él había vivido más, yo solo era un novato. Él tan tranquilo, yo tan inestable. Él sabía lo que era amar, yo quería amar por primera vez. Él debe saber que las personas vienen y van. Yo solo sé que llegan y se van, dejándome lleno de recuerdos.
Creo que no fui el mejor suelo para sembrar un árbol de tan magnitud. Sé que aún me falta camino y que debo aprender a soltar mi pasado, a tomar mi presente y asegurar mi futuro. Aún me queda camino por aprender y saber lo que es amar, arriesgarse, perder el miedo y lanzarse por un acantilado solo creyendo que el amor te va a salvar.
Antes de julio guardaba la conversación, su número y sus fotos. Esperaba con ansias cualquier story para ser el primero en verla. Estuve siempre a un clic de hablar con él y él también estuvo así de cerca. Estoy seguro que ni por su mente debo pasar ahora mismo. Borré todo de él.
Sé que aunque salí de un huracán, aún tengo miedo de volver a caer en él, de volverme a sentir ansioso por cada mensaje que envío o recibiré, de saber que no tengo el control en mis manos y escuchar esa canción de fondo que me recuerda que estoy siendo controlado, que están jugando con mi corazón, alguien a quien yo le di el poder.
“Nos hizo falta un portal para unir nuestros universos”.