061Post: No fue lo que esperaba

No fue lo que esperaba. Y no porque haya sido algo malo, sino porque simplemente fue mi mente que otra vez volvió a idealizar y a olvidar por completo que debo tener los pies en el suelo.

Sí, soy una persona que idealiza. Siempre he sido así.
Idealizo escenarios, amores, caminos, incluso errores.
Creo castillos mentales que me hacen sonreír antes de que existan, pero que duelen cuando estos chocan con la realidad y se desmoronan por completo, no entiendo cómo aún así no logró aprender la lección, es un ciclo en el que estoy inmerso y no mantengo el gran esfuerzo por salir de el, como si yo no quisiera irme tan fácil, es una meta pero se nubla en mi mente.

Yo empecé el 2025 con ganas de cambiar eso. 
Me prometí dar pasos más valientes, dejar de esperar que todo fuera perfecto. Y decidir una vez por todas abrirme al amor, a una relación real, desde que tengo ese pensamiento e idea anclada a mí, sobre que la primera relación debería ser la indicada para decidir construir una vida, es así como queriendo decir: tú primera y única relación. Algo que no es tan real, acaso olvide que el camino es largo y la vida es para vivirla? 

Y fue así, me lancé sin garantía, sin saber si saldría bien, solo con la intención de poder aventurarme y aprender de lo que pueda surgir.

Teniendo siempre en mente “Voy a aceptar a alguien tal se como es, sin intentar convertirlo en lo que yo desearía que fuese" y hasta ahora lo mantengo eso en mí filosofía de vida.

Así fue como mí vibración dispuesta a establecer una relación hizo su efecto. Conocí a alguien que al principio con un simple “hola” algo seco, pero cargado de interés, de ese mismo interés que el mundo olvida poco a poco. Fuimos conectándonos con mensajes, audios largos, risas, llamadas en medio de la noche, construir y conocernos desde la personalidad antes de conocer nuestros templos.

No deje de luchar con esas inseguridades que me habían acompañado desde que sé que existen en mí. Como mis tonos de piel, mis rasgos, mi forma de ser… Pero con él, era diferente, esas voces internas se callaban del todo, asi pasaron unas semanas hasta mi retorno nuevamente a la ciudad. 

Recuerdo que estaba tan nervioso mientras planificaba su visita a mi residencia. Hasta que llegó antes de la hora acordada, no me dió mi tiempo de peinarme. Y así fue que lo vi por primera vez, fue una sensación tan rara, no es como es esas ocasiones donde primero conoces su físico y luego su forma de ser, yo ya conocía una parte de su forma de ser. 

Una pequeño abrazo lleno de nerviosismo y timidez. Todo para sentarnos y comenzar esa conversación, esta vez no era una conversación a través de una pantalla, era una conversación face to face. Y fue una primera vez. 

Yo estaba en mi estado natural: sin peinar, sin bañarme, sin pretensiones de mi percepción de verme mejor. Y nuevamente por primera vez sentí que no provocaba un rechazo en su lenguaje corporal. Sentí algo llamado paz junto a él.

Los días pasaban y todo fluía como un río naciente, fue jugar Minecraft, vernos uno que otro día, enviarnos mensajes de buenos días y buenas noches juntos a unos stickers de café con flores, y así cada amanecer. Pero por dentro, había un vacío que crecía en mí, que me esforzaba por llenarlo, pero cada vez me sentía vacío, como sin un verdadero propósito con dicha persona.

Y me estaba haciendo esa pregunta que tanto había evitado hacermela en mi mente ¿Estoy enamorado?
La respuesta era un silencioso no, pero que generaba un gran ruido en mi interior.  Lo quería, me gustaba, lo admiraba. Pero no estaba enamorado. 

Le oré a Dios, forzandome a sentir, pero el corazón no se doblega con presión, el corazón no entiende de palabras, el corazón solamente siente cuando quiere sentir lo que con pocas palabras se conoce como amor,  el corazón no capta órdenes ni se deja obligar. 

Sé que perfectamente fantasmas del pasado tenían algo que ver, me recordaban como cada atardecer que la memoria de mi corazón que ya había sentido lo que era latir, latir por amor. 

Yo solo trataba de navegar por esas aguas turbulentas buscando un nuevo lugar, un lugar en mí, para comenzar de nuevo. Pero esos ecos entablaban una conversación en la informalidad de lo que realmente no era mi rumbo. Ilusiones pasadas que querían volverse a apoderar de mí, después de haberse ido dejándome desmoronado. 

En ningún momento pensé en darme por vencido, esto tendría que ser hasta el final, tendría que haber una solución dentro de mí, era tanto conocimiento que debía aplicar con sabiduría. 

Pero nunca se fueron esos choques inmensos que me hacían sentir insuficiente, sin chispa, sin energía, sentirme obligado por mí mismo a querer algo que me había propuesto como una meta. Y ante tanta presión di la peor versión de mi en esta historia. 

Me había dado cuenta que esas semanas junto a él, me había llenado de algo que pensé no sentir tan profundo como es la responsabilidad afectiva, misma responsabilidad afectiva que no tuvieron aquellos que me hirieron. 

Sabía que no podía irme así tan fácil, no puedo abandonar el barco por mi paz mental, sabía que él tiene una vida con problemas y llena de estrés, una vida que quizás yo era una ventana hacia un lugar mejor, dónde fuese la paz entre su desorden. Y sentir esa responsabilidad cada vez más me ponía peor. Necesitaba hacerme ver como el malo de esta historia. Él despiadado, él sin emociones, él sin sentimientos. 

Inventé una infidelidad, con una buena coartada. Una fiesta, unos tragos, alguien más besando mis labios. En medio de dos copas de alcohol lo llamé fingiendo y contándole todo lo que realmente nunca pasó. Y fingí llorar e insultarme a mí mismo con palabras que jamás me diría ni porque tuviera la autoestima más baja en el mundo. 

Me había vestido del propio villano, él me odiaria tanto que se decepcionaría de mí hasta dejarme. Y aunque al final sentiría toda la culpa,  creí que era lo mejor, y el autor de esto era la desesperación y mi impulsividad un rasgo de mí que por nada se me escapa. Fui un cobarde, sin el atrevimiento de decir la verdad, pero en el fondo fui humano. 

Idealice una respuesta exitosa pero no era su respuesta, era mi respuesta idealizada. Nuevamente la idealización estaba presente. Él no me odio, él no fue extremista conmigo. Él solo se molestó como claro podía ser. Pero miró más allá buscando soluciones para arreglar las cosas. Me parte el alma saber que él cree en las oportunidades cuando yo tiendo a vivir  el extremismo de que las segundas oportunidades no existen. 

Y con todo esto mi inteligencia emocional me hizo darme cuenta y comprender algo que: parece decirse fácil pero en realidad tiene un trasfondo, y es que tengo la necesidad de controlar mis emociones, de manipular escenarios, de bloquear sentimientos para no herir a nadie pero termino hiriendo a todo aquel que se atraviese. 

Y aunque el sol siguió saliendo todos los días, esto cada vez más se marchitaba, pero se deterioraba cada vez más peor, era como si él me evitase y lo entiendo no cualquiera sabe lidiar con tanto estrés académico y personal. Ahora quizás yo en vez de ser parte de la solución también formaba parte del problema, una carga de estrés adicional innecesaria. 

En mis pensamientos y sus posiciones, no podía pensar en que todo era color de rosa, y día tras día se fue acumulando hasta la hora en que el valor llegó a mí. Esa noche empezando el mes de junio, le escribí una carta y se la hice llegar, esta vez no esperaba una respuesta idealizada, sino una respuesta de él, muy de él. No tardó en llegar y ante mis ojos lo más madura e honesta que pude leer de él, con unas simples palabras, todo comenzó con un hola y terminó con un "buenas noches".

Se cerró un ciclo, una responsabilidad, una carga, un estrés adicional pero esta vez había un punto, un punto y final. 
Esto era la realidad, no era un escenario, no era un invento, la desesperación y la impulsividad no estaban presentes. Y no sé lo que pasó en su mente después de esto, la mía solamente sintió una relajación. 

Y al final de todo me pregunto a mi mismo, fue un noviazgo o simplemente fue salir con alguien, Y aunque no sentí un noviazgo, me enseño mucho y me hizo reconocer tantas cosas de mí, abrió mis ojos ante este mundo que no conocía, porque en un resumen hubieron tres besos algunos abrazos y una montaña rusa emocional acompañada de fantasmas. 

No lo odio y no lo culpo, no me cae mal. Si tuviera que confiar en él lo haría, lo haría sin pensarlo, lo haría estando ciego, lo haría porque no fue una mala persona, simplemente fue un humano con sus problemas personales como todos los humanos. No sé si él no le gusta su espacio y que siempre trate de llenar un vacío de no estar soltero.  Hay tantas cosas que pasaron y no sé si fueron tan ciertas porque nunca hubo una pregunta para esa respuesta. 

Aprendí que los lazos no siempre son eternos algunos existen para enseñarnos, para demostrarnos quiénes somos y qué parte de nosotros necesitan luz. 

No fue lo que esperaba.
Pero fue lo que necesitaba.

A veces, el crecimiento viene en formas incómodas.
A veces, quemar etapas es lo único que nos puede hacer madurar. Y sí, reconozco que fui inmaduro, actué mal.
Pero también reconozco que esa etapa nunca la había vivido.Y ahora, con conocimiento, actuará la sabiduría.

"La vida nos ha demostrado una y otra vez que no es como nosotros queremos sino como nosotros actuamos"


—JoseinerS